El peor de los dolores es ver algo que te destroza por dentro y tener que sonreír. A veces es mejor callar, no quejarse y aguantarlo todo en silencio para que tus palabras no se puedan volver en tu contra. Haciendo esto llegas a tener la sensación de ser más frágil que nada; te tocan y el corazón se te hace trizas. Esconder tristeza detrás de una sonrisa puede llegar a sonar algo hipócrita...
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