XIX. Por primera vez, alguien dejó Barcelona en la sombra; ni las calles, ni su belleza, importaban a su lado. Esa tarde Barcelona se quedó pequeña. Llegó el hinvierno de verdad pero no para ellos dos, el frío de dentro desapareció por plazas y calles, sentados en bancos, rozando sus labios al atardecer. La ciudad más bonita quedó a la sombra de la bella magia entre dos personas que se encuentran por primera vez.
A. Masip
'Yo, que no esperaba a nadie y tú, que supiste como llegar'
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