lunes, 5 de octubre de 2015

El síndrome del turista

Lo mío es no poder estarme quieta en mi lugar más de unos meses, mi necesidad de desplazarme y, puestos a escoger, mi necesidad de volar cuanto más lejos mejor; pisar calles desconocidas de lugares conocidos mundialmente, o otras que no tanto, son mis ganas de vivir. Comer distinto, dormir muy lejos, soñar despierta, escuchar lenguas inentendibles, sacar fotos hasta de las aceras... simplemente: viajar. Cada viaje renueva la esperanza, recarga la ilusión y alimenta la felicidad. Me saco la inspiración de los viajes, de las experiéncias y las ciudades que piso, de la gente que conozco y de los aviones en que me monto. Mapas, carreteras, metros, trenes, buses, aeropuertos, estaciones, andenes, hoteles... Perderse por el mundo es la única cosa en la vida que compras y te hace más rico. Llevo las ganas de viajar en las venas, de nacimiento y hasta la tumba se quedarán conmigo.

A rivederci!

A. Masip

'Be a traveller, not a tourist'
                     Andrew Zimmern


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