domingo, 25 de mayo de 2014

Justo, injusto.

Van a hablarme de justicia cuando he visto a más de un humano cruel cargarse el corazón de alguno amable, lágrimas en ojos de personas más buenas que santos y sonrisas en gente más vacía que agujeros negros. ¿Me van a vender que la vida es justa cuando el que ama, llora; y el que no aprecia nada, todo lo vive feliz? Que la vida es justa es la más grande de las mentiras; el que merece sentirse bien las pasa putas y el que se va de putas es considerado un hombre al cien por cien; al que ayuda a los demás, por la espalda se la clavan; el que todo lo tiene, no valora nada; a aquel que algo quiere con toda su alma, nadie lo ayuda; y el que es justo es tratado de la manera más injusta que se podría por hoy ver. Que la sociedad siga hablando de justicia mientras intentan luchar contra anorexias y luego por ser gorda de ti se ríen, ahí de injusticia pasaría a hipocresía... Mejor dejarlo en que la justicia está muy bien repartida entre los intereses personales de muchos a los que si algo les hace bien a ellos, eso es lo justo, los demás no importan; lo justo aquí sería que algún día algo les hiciera darse cuenta de qué es realmente aguantar cosas injustas.

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