El mundo está tan lleno de personas como el mar de olas, personas escondidas entre gente como la sal se mezcla en el agua del océano. La vida se basa en ir navegando, cruzando tormentas y días claros; flotar sobre el agua y lograr no ser ahogado por tu cercano entorno. El día a día es seguir hacia el próximo faro, llegar a puerto gracias a él, amarrar el barco, tomar fuerzas y empezar de nuevo hacia el siguiente. Mi mundo es como el océano, mi mente es mi particular océano de dudas. Y, quizá, yo nunca he sido navegante de un solo puerto.
'Ni él merecía ser el único, ni tú te merecías ser la otra'
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