Resonaban sus pasos por la solitaria calle, el silencio era algo molesto. Sentía su garganta un tanto molesta por el cigarrillo que había encendido hacía relativamente poco, pero necesitaba mantener sus manos ocupadas en algo, aunque fuera en ése vicio que tanto había tardado en olvidar. Realmente no le gustaba fumar, lo hacía ya por costumbre. La niebla empezaba a tapar la ciudad, el sol se iba escondiendo y empezaba a hacer más frío si eso era posible aun. Tenía las manos congeladas, pero ése frío no era nada comparado en como de congelado sentía su corazón; ése día había terminado con cualquiera de sus ilusiones, sus esperanzas se consumían igual que el cigarrillo que tiro al suelo y pisó con rabia.
El amor es como un cigarrillo, un vicio incontrolable que te atrapa... Fácil de encender, placentero mientras dura pero, con el paso del tiempo, se consume hasta quedar reducido a cenizas. Puede hacerte sentir bien pero por dentro te mata. El fumar crea adicción así como el amar, terminan por ser cosas necesarias, dos vicios que una vez has probado no puedes dejar apartados. Queda la esperanza de que exista el "cigarrillo" que nunca se consuma.

Sentada mirando hacía la nada, se sentía completamente aislada de todo. Su cabeza albergaba demasiados pensamientos y su corazón intentaba soportar demasiados sentimientos. Su tez blanca junto con su cara triste la hacían parecer a punto de perder el conocimiento, su salud era perfecta pero sus ánimos si que eran capaces de hacerle perder la conciencia por completo. Incapaz era de tenerse en pie. Con solo mirarla a los ojos se podía ver un mar de desilusiones formado por cada lágrima que dejaba caer por su rostro. Su mirada perdida y sus brazos caídos sobre su regazo daban por completo una imagen de absoluta tristeza. Su expresión habría cambiado solo al tener a alguien que le regalara un abrazo o unas palabras de ánimo, pero allí solo había gente, las personas ya no estaban.

Guardo tus palabras en un cajón, deseando que realmente las sintieras al decirlas, esperando que lo que significaban para ti no haya cambiado. Aunque ya no las escuche, cuando quiero volver a sentirte cerca como el que algún día fuiste para mi, abro ese cajón y me paro a recordar. Cajón medio vacío, cabrían más palabras, palabras que solo tú decidías si regalarme o guardarte para ti. Cajón qué debería cerrar con candado y perder la llave.

Capaz no sea yo de merecerte y en mi corazón no quedan fuerzas para buscarte. Que mis ojos ya no lloran más por algo inexistente, ya solo miradas tristes serán capaces de continuar conmigo. Inmerecida situación para un pequeño corazón que solo busca dulces palabras que acompañen sus latidos.

Cielo oscuro, aquí no hay sol que brille y gotas de agua caen como lágrimas al mar, rápidas, con su silencioso sonido. Nubes oscuras se mueven simulando tranquilidad, tanta tranquilidad como tristeza en mis ojos. El cielo llora sin motivo, contemplar la lluvia es suficiente para dejar alguna lágrima jugar con ella.

Esperar duele, olvidar cuesta, pero la mayor manera de sufrir es no saber que hacer. Después de conseguir lo que cuesta vuelvo a estar como siempre, y es que no hay plato más crudo que la amarga soledad. No es tristeza, ni es dolor, solo siento soledad. Tener a alguien que te quiera a tu lado. para algunos, es pedir demasiado. Lloro por dentro cataratas de dolor, no sé si está más vacío mi corazón o mi vida. La esperanza existe, solo si no aceptas el adiós, yo ese adiós lo tengo más que aceptado, ahora no tengo nada. Veo la luna llorar sangre sobre el mar cada noche al intentar soñarte, pero ni tan solo en mis sueños existes. Te busco y no te encuentro, me estoy cansando; nadie me entiende, solo el papel que me está escuchando. Tengo miedo, lloro y tiemblo sobre una almohada, siento que el tiempo solo me aleja de donde quiera que tú estés. Es la tristeza de la felicidad que no tengo... Dejar la mente en blanco y que escriba el corazón. Que por todo puedo estar feliz, solo me faltas tú.

Me provocan ganas de reírme los que dicen que la vida es justa y da a cada uno lo que se merece, es la mentira más grande que he podido escuchar. Podría hablar por experiencia pero solo hace falta ver a personas sufrir por algo mientras otras viven felizmente sin valorar lo que tienen. Si una frase tiene razón es la de "unos tanto y otros tan poco". Mientras unos pasan hambre, otros desperdician comida; mientras unos intentan quitarse la vida, otros luchan por no morir; mientras unos no valoran estar con alguien que quieren, otros están solos buscando quien los quiera; mientras unos deciden empezar una guerra, otros lloran la perdida de familiares; mientras unos ríen, otros lloran... No veo lo justo de la vida por ninguno de sus caminos. Qué es muy fácil todo cuando eres feliz y todo te sale como quieres; muy fácil olvidarse de que, un día u otro, puedes volver a ser tu el que está mal y necesites ayuda. Realmente, alguien que lo tiene todo en sus manos para ser feliz no se para a darle vueltas a todo esto, es por eso que quizá pocos puedan ser felices sin olvidarse del resto.

Me preguntaba que tendrá de especial algo tan simple, pero cuando todo va mal y aparece uno de la nada... todo parece verse menos oscuro, al menos para mi. Será el sentir que, sin decir nada, alguien está a tu lado o te demuestra que extrañaba tu presencia. Puede no solucionar nada pero, un abrazo, ayuda mucho.

Hoja en blanco, corazón roto y gran nostalgia; son básicamente mis ganas de escribir.
Mi guerra con el concepto amor sigue presente, pero de tanto darle vueltas ya es dulce vivir con esa amarga soledad, me da motivos para pensar. De mi caja de tristezas la que no es soportable es echar en falta lo que antes tenía y sin motivo ya no existe, es algo que ya no puedo soportar. Hace un tiempo podía estar mal pero encontraba esas pequeñas alegrías que ahora no están. Me siento mal conmigo misma, me echo la culpa de haber dejado que todo cambiara. Por mi parte no tiene solución, cada vez que he intentado volver al 'antes' ha sido peor. Y ya, detalles como un simple abrazo, es pedir demasiado. ¿Valen la pena las lágrimas? Últimamente a mis días les falta sentido y todo esto no ayuda a dárselo. Espero a que pase algo por miedo a actuar yo y hacer algo mal, me sentiría aún peor, si eso es posible...
Sentirse mal, escribirlo para desahogarse y seguir sonriendo a los conocidos fingiendo estar bien; solo papel y boli son capaces de entender.

La luna sin el sol no se ve, para brillar necesita de algo distinto a ella, algo que le regale su luz para poder mostrar su belleza a los que la observan desde lejos. Sola es invisible; con el sol, ese algo necesario, por muy lejos que estén uno de otro, puede mostrar lo más bonito de ella. A veces puedes llegarte a sentir luna sin sol en medio de la nada.

Es la necesidad de ir más allá, de descansar, desconectar; en gran parte ganas de desaparecer. Vivo tachando los días del calendario, esperando que algo cambie, que la suerte juegue a mi favor. Encontrar ese lugar donde las respuestas salen solas, sin la necesidad de entender todas las preguntas planteadas. La historia se repite cada día, la vida se caracteriza por esta insoportable y monótona rutina. Quiero cambiar de capítulo, escribir un nuevo libro sin tener que quemar el anterior, empezar de cero sin cambiar mi alrededor. Ahora, para mi, la felicidad es como el infinito, existe pero me queda muy lejos. Puede que esté harta y cansada de tantas rayadas, tantos fallos cometidos, las sonrisas ya me son muy caras. Entiendo que no todo es sufrir en esta vida, pero ahora lo que veo y siento es que la cuesta es solo hacía arriba; todo es mejor cuando tus ojos solo ven lo que les gustaría, entrar en un sueño y de allí nunca salir. Y va a ser verdad que cuando solo hay dolor no valoras lo bonito, solo te salta a la vista lo superficial que es este mundo: mundo en que las verdades hieren; lugar en que el materialismo forma parte de nosotros, todo es por el propio bien, el interés va por delante; lo primero siempre eres tú y el resto es insignificante.... Lo importante ahora es  esconder mis lágrimas que caen lentamente sobre la tinta de estas paginas y fingir una dulce felicidad. Ya no sé si sobre el papel lo que quedan son sentimientos o solo insignificante tinta derramada.

Decimos amar la lluvia y nos cubrimos con paraguas;
decimos amar el sol pero buscamos la sombra cuando quema;
decimos amar el frío pero estamos mejor en casa calentitos;
decimos amar el verano pero nos quejamos del calor;
y aún así, amamos a alguien y queremos que crea nuestras palabras.

La vida es como una partida de ajedrez. Juegas tu contra el mundo, cuentas con tus fichas para vencer al enemigo. Debes arriesgarte, evitar que te derroten y conseguir hacerle a tu rival un 'jaque mate'. Siempre es necesario, para ganar la partida sacrificar algún peón, perder fichas por el camino es habitual; lo importante no son las pérdidas, el objetivo es ganar la partida.

Debemos apreciar lo que tenemos antes de que se nos haga tarde. Nunca debemos dejar perder a nadie por orgullo, alguien que puede pasar de estar en tu vida a irse lejos. Y lo podemos perder todo por una estupidez, por una tontería desaparece algo que mucho queremos. Nos comportamos como los niños que por el hecho de quitarle un juguete quiere tenerlo y así se da cuenta del valor de ese objeto. Se puede decir que perder y retroceder se escriben en la misma linea. Debemos valorar cada detalle por muy pequeño que sea, aprovechar bien el tiempo y evitar las peleas. A veces por miedo a una pérdida la gente puede cambiar pero no sirve de nada cuando un recuerdo se va. Volver a conseguir lo perdido pero nada es igual por no valorar lo que tuviste. Sonreír y a solas solo lágrimas derramar. Tu cuerpo lleno de tristeza, tus ojos lloran nostalgia, tus páginas están vacías. Por todo esto se debe apreciar lo que poseemos, antes de que se pierda esa última esperanza, antes de que el pasado pase página.