Eran los ojos más preciosos que él jamás había visto, esa mirada se le gravó en la mente pero no por su bello color café en los ojos, nunca iba a olvidar esos ojos ya que eran más frágiles que el cristal, brillantes como un diamante y tantos sentimientos reflejaban... Jamás una mirada había llegado tan al fondo de un corazón, ni unas pupilas habían mostrado tanto amor sin la necesidad de unas palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario