martes, 22 de julio de 2014

Escribir

Puedo escribir dulce, de la manera más empalagosa posible; sonar a azúcar y empapar el papel de sentimientos; dejar que en cada una de las frases aparezca una referencia al amor y reflejar en cada palabra lo que siente el corazón. Sé escribir triste, romper palabras y reflejar lágrimas; dejar que los versos duelan al papel, que cada sílaba suene a dolor, tristeza y desamor. Escribir sucio sale solo; dejar que las letras se vuelvan sucias y reflejen las más carnales de las pasiones; romper tabúes con la punta del boli y dejarlos manchados de tinta como quien se corre después de traicioneras caricias. También he escrito sensato, verdades como puños, sinceras y reales. Pero... ¿escribir feliz? ¿palabras alegres? No sé escribir letras felices, los buenos momentos están hechos para ser guardados en recuerdos y no en textos incompletos. Podrán sonar distintas cada día mis palabras pero nunca irán destinadas a ser escuchadas, tan solo son destinadas a ser escritas en papeles a los que miradas ajenas a la mía nunca llegarán.

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