lunes, 30 de noviembre de 2015

Epílogo final.

A ti, al rey de los cabrones, ¿o quise decir cobardes?
Perdón, habrá sido el corrector de whatsapp, es lo que tiene que no quieras escuchar mis palabras a la cara.

Con la venda en los ojos me enamoré de quién no eras, una vez caída al suelo puedo escribir todo esto, más vale tarde que nunca y ¿qué son unos años comparado con mi larga vida? Aquí nada que ver con todo lo que leíste hasta la fecha, esas palabras no eran para ti, eran para el falso tú que creí que eras. Jugar con sentimientos es lo que mejor has hecho y de lo único que me arrepiento es de haber regalado dulzura a quién no se la ganó jamás. Te desearía lo mejor pero lo trataste como escombros, que te vaya bien y tengas suerte para que nadie en la vida te haga sufrir tanto como tú a mi. Enamorar para no amar es de cobarde, traicionar a quién te quiere de cabrón. No has ni merecido todo el tiempo que he gastado sufriendo por lo que me hiciste, jamás merecerías tantas horas gastadas en pensarte, en llorarte... Lo único que merecías de un principio era una patada y un 'hasta nunca'. He tardado mi tiempo pero ahora ya no existes. Gasté en ti palabaras, lágrimas, pasión, besos, abrazos; un poco más y me cargo el corazón, pero gracias a ti aprendí a quererme a mi, a curarme las heridas y a ser feliz sin nadie. Qué te follen, que eso es fácil; yo solo te quise, que no es poco... Fin, viejo conocido (o ni eso) ya he perdido suficente contigo.

Tenía que redactarlo, a nadie le gusta quedarse a medias y tú lo sabes más que nadie.

Con tanto odio como falso amor sentido,


A. Masip

Besada en hechos reales.



'I've forgotten your face in the rains of November,
I've forgotten your voice - I don't want to remember'
                     Phyllis A. Whitney, Rainsong





No hay comentarios:

Publicar un comentario