lunes, 28 de diciembre de 2015

Reflexión post Navidad.

En una de las comidas familiares, entre muchas otras cosas, me dijeron tres verdades y una pregunta que me confirmaron todo lo que escribo. Una de las verdades fué de mi tío, y es que en este año he madurado como pocos de mi edad han hecho, he aprendido en muchos aspectos de la vida. Otra fué de parte de mi tía, y es que he visto quién está y quién nunca estuvo, ya sé con quién cuento y quién solo me hace teatro. La tercera me la dije yo misma, me he superado a mi misma y ya no hay cómo romperme. Y la gran pregunta es donde tengo al novio, y yo como respuesta me comí siete platos de galets. Pensaba que no llegaría nunca a pasar esta Navidad y estoy a cuatro días de cambiar de año, joder. Un consejo que os puedo dar, si queréis pasar una Navidad comiendo todo lo que os venga en gana y acabar sin ganar ni un solo gramo, operaros d ela cabeza, funciona. Sed felices y que todo os resbale, que la vida son pocos años y uno puede ser muy malo.

A. Masip

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